Acaba de salir el último número de la revista Crítica urbana, titulado Ciudades, infancias y juegos. El título es suficientemente elocuente como para hacerse una idea del contenido del volumen –que se puede leer online– en un sentido amplio, pero merece la pena entrar a comentar brevemente los diferentes artículos que lo componen.
La introducción del número lleva al titular la frase El derecho a la ciudad de los niños y niñas. Tal y como explica Mari Carmen Tapia Gómez, directora de la publicación:
La pérdida del espacio público como espacio de sociabilidad, unido a la hiperexigencia de la productividad en la vida cotidiana y de la rentabilidad en la vida urbana, ha provocado que el juego fuera relegado de la experiencia urbana de niños y niñas, y de su presencia en el espacio público.
Los y las autoras de este número, más que listar los beneficios de los juegos en el espacio público -como el desarrollo cognitivo, la memoria, la salud física y sicológica-, nos posicionan críticamente frente a los juegos y a los espacios de juego como parte de la práctica y aprendizaje de los y las futuras ciudadanas.
Los contenidos ahondan en la clásica máxima del pedagogo Tonucci según la cual la presencia de niños en la calle es un termómetro de bienestar urbano, en la historia del juego en la calle (en la Edad Media y Moderna), experiencias brasileñas, experimentos sociales con la infancia en la calle en diferentes lugares del mundo, entre otros asuntos.
Un monográfico interdisciplinar que ofrece muchas y variadas esquinas desde donde mirar críticamente la ciudad en relación a la infancia.