Los patrones del mercado inmobiliario capitalistas se repiten en todo el mundo. Aunque no nos paramos a pensar que los fenómenos de gentrificación puedan darse en ciudades del tercer mundo, el desplazamiento urbano –por supuesto, la crisis crónica de vivienda– se produce en países como Ghana.
Acra, la capital del país, está sufriendo en los últimos años un gran alza del precio de la vivienda. Es el centro administrativo, de comunicaciones y económico del país. Concentra el 70 % de la capacidad de manufactura nacional. En OpenDemocracy han publicado un reportaje en el que ponen nombres y apellidos a distintos vecinos que se han visto obligados a mudarse a las afueras de la ciudad por el incremento de los precios. Uno de los ejemplos es un médico.
Actualmente, una casa de un dormitorio cuesta más de 100.000 dólares de media y hasta 1 millón de dólares, precios desorbitados para la economía ghanesa. Según la Comisión Nacional de Planificación del Desarrollo de Ghana, los asentamientos ilegales y los barrios marginales albergan alrededor del 58% de la población urbana de Ghana, con una tasa de crecimiento esperada del 1,8% cada año. Mientras, en el mercado privado se pagan altos precios por oficinas y apartamentos de lujo.
A Acra y otras regiones de Ghana llegan personas de otras partes de África que cobran (y pagan) en dólares estadounidenses. Ellos son quienes, mayoritariamente, adquieren los pisos en torres altas o adosados que se construyen sobre el terreno de antiguas casas derruidas.
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