Nuestra cosa latina (Our Latin Thing, 1972) es un documental musical rodado por Leon Gast (When We Were Kings) en Nueva York. La cinta tiene como centro una actuación de la Fania All-Stars en el club Cheetah de Manhattan. Se ha hablado de este momento como el del nacimiento de la salsa, es algo complicado aseverar pero desde luego es un punto álgido de la música afrocaribeña en Estados Unidos que marca el pistoletazo de salida de su edad dorada.
Gast, por cierto, volvería a rodar con Fania All Stars Celia Cruz and the Fania Allstars in Africa, sobre el viaje de las estrellas de la salsa a Zaire en 1974, organizado por el promotor Don King en el marco de la pelea entre Muhammad Ali y George Foreman.
La cinta es un documento visual excepcional del Nueva York latino de principios de los años setenta. Los propios títulos de crédito toman la forma del incipiente grafiti de la época. Aparecen descampados, vivienda de la colonia migrante –es apreciable la desidia municipal en el cuidado de las calles y la recogida de basura–, los comercios de comestibles como espacio de sociabilidad, los espacios hipermasculinizados en el espacio público (por ejemplo, la pelea de gallos o el dominó callejero) y, sobre todo, la propia calle sirviendo de espacio de desarrollo comunitario, con la música como eje vertebrador de la comunidad latina (que era mayoritariamente portorriqueña pero abarcaba muchas nacionalidades).
En algunas entrevistas, el cantante Bobby Cruz, uno de los integrantes de la Fania All Star en la cinta, cuenta su dura infancia al llegar a Nueva York y cómo pertenecer a una banda era antes una necesidad de supervivencia que una elección.
Si la salsa es fue música afrocaribeña, sobre todo cubana, pasada por la experiencia urbana de los latinos, contaminada por el jazz y vestida con las estridencias secas y callejeras del trombón de Willie Colón, Nuestra cosa latina es la ventana que tenemos para contemplarlo.